The Contemporary Culture Center of Barcelona brings together the exhibitions «La Vanguardia Feminista de los años 70. Obras de la Verbund Collection, Viena» and «Coreografías del género». They exhibit works of feminist art from the 70s and contemporary to put manifest the development and conflict of feminism.
Gabriele Schor is director of the aforementioned collection and curator of the first part, in the 70s feminism gave rise to an avant-garde movement with its thematic and language affinities. Recalled the obstacles the movement encountered 50 years ago and the commonalities that their artists had, such as “discovering their body as a tool to express themselves” or “rejecting ideas that conformed to the traditional norm”.
After World War II, the mental emancipation of the people began to affect all around the world. In the postwar era, women experienced a return to traditional roles that relegated women to the role of housewife. In some countries, men had the right forbidding their women to work outside the home and the woman had almost lost their soul turned into a caring machine. The second wave of the feminist movement occurred, and restrictions were fought, arguing that the sphere of personal life was relevant both publicly and politically.
The first part of the exhibition brings us a visual hit that the artists used domestic things to act as a housewife to express their social inequality, and the weight of feminism. The works of the artists who doesn’t only show their indignation frequently, but also using irony, and all with the purpose of escaping from these restrictions of domestic scope.
A video of Martha Rosler, Semiotics of the Kitchen, which is at the beginning of the exhibition, standing in the kitchen and take on the role of a housewife dressed in an apron and parody the television cooking demonstrations popularized by Julia Child in the 1960s. Clutching household things and their gestures sharply punctuate the anger and frustration of the oppressive roles of women. The artists present the transformation of the woman herself with gestures to express herself and all those arts that emerged was groundbreaking in that epoch. Karin Mack began to wonder about her situation in life and to examine the image that she had of herself and uses cliche and irony in her photographs to transform her imaginative and particular iconography. His painting, Sueño de Planchar, which he exhibits in the exhibition, a series of four black and white photos trying to ask questions about a woman’s “place” they resonate in the culture. Conventional ideas about the house as a feminine space persist, the artists are giving their strength in the actions of women doing the domestic things that they look dignified and beautiful. In addition, more than one artist, in her vindication of feminism, chose to show a woman with restrictions to communicate. Renate Eisenegger uses her body same to manifest the feminist weight. Isolation, the eight-part photographic sequence Renate Eisenegger shows the artist putting cotton over her head and hands and sticking with an adhesive tape.
The second part, curated by Marta Segarra, feminism becomes plural in recognize the intersection of oppressions. One of the main concerns of feminist movement was the sexual liberation of women. The women began to show the gender so that society would recognize female sexuality. Actually, the Discrimination against women still exists in society, therefore, female artists rebelled against women to be objects of desire, also against the voyeuristic male gaze that had dominated the arts for so many centuries, particularly through the image of the nude female’s body. Suzy Lake’s Imitations of Myself, face painted white, explaining function and meaning with these words:
“In mime, the white face signifies the moment zero, before the character emerged. For me, the concept of zero in mime was a clean sweep, like the political and social changes of the 60s. The white face had the double function of a mask: hide and at the same time expose. “
In addition, the artists began to play role-playing games, which the dramatized representation of the different female roles of the time, to be able to express themselves freely before the typecasting imposed by society, such as dressing like men or changing the dress and gestures. They also adopt all the identities that exist in society as a lover, lesbian, fighter, goddess, etc. Finally, the artists use the comic style by exaggerated images to show the feelings you can’t express. The artists focus on the fight against inequalities that persist in the domestic space, while of the many possible, fighting for herself, and all with the purpose of fleeing from all the constraints of society.
(Spanish) El Centro Cultura Contemporánea de Barcelona reúne las exposiciones «La Vanguardia Feminista de los años 70. Obras de la Verbund Collection, Viena» y «Coreografías del género». Exponen las obras del arte feminista de los años 70 y del contemporáneo para poner de manifiesto el desarrollo y el conflicto del feminismo.
Gabriele Schor es directora de la citada colección y comisaria de la primera parte, en los setenta el feminismo dio pie a un movimiento de vanguardia con sus afinidades temáticas y de lenguaje. recordó los obstáculos que encontró el movimiento hace 50 años y los puntos en común que tenían sus artistas, como “descubrir su cuerpo como herramienta para expresarse” o “rechazar las ideas que se ajustaban a la norma tradicional”.
Después de Segunda Guerra Mundial, la emancipación mental de la gente empezó a afectar a todo el mundo. En la época de posguerra, las mujeres se vivieron un retorno a los roles tradicionales que relegaban las mujeres al papel de ama de casa. En algunos países, los hombres tenían el derecho que prohíbe sus mujeres trabajaran fuera de la casa y la mujer casi ha perdido su alma convertido en una máquina de cuidar. Así que la segunda ola del movimiento feminista ocurrió y se luchó contra restricciones, argumentando que a esfera de la vida personal era relevante tanto en lo público como lo político.
La primera parte de la exposición nos trae un golpe visual que las artistas utilizaron las cosas domésticas actuando un papel de ama de casa para manifestar su desigualdad social, y el peso de feminismo. Las obras de las artistas que frecuentemente muestran su indignación, pero utilizando también la ironía, y todo ello con la finalidad de huir de estas restricciones de ámbito doméstico.
Un vídeo de Martha Rosler, Semiotics of the Kitchen, que está al principio de la exposición, de pie en la cocina y asume el papel de ama de casa vestida con un delantal y parodia las demostraciones de cocina televisiva popularizadas por Julia Child en los años 60. Está empuñando las cosas domésticas y sus gestos puntúan bruscamente la ira y la frustración de los roles opresivos de las mujeres. Las artistas presentan la transformación de la mujer misma con unos gestos para manifestar a sí misma y todos esos del arte que surgieron fue rompedor en esa época. Karin Mack comenzó a preguntarse por su situación en la vida y a examinar la imagen que tenía de sí misma y usa cliché y ironía en sus fotografías para transformar a su imaginativa y particular iconografía. Su cuadro, Sueño de Planchar, que expone en la exposición, una serie
de cuatro fotos en blanco y negro tratando de las preguntas sobre el “lugar” de una mujer resuenan en la cultura. Las ideas convencionales sobre la casa como espacio femenino persisten, las artistas están dando su fuerza en las acciones de mujeres haciendo las cosas domésticas que se ven digna y bella. Además, más de una artista, en su reivindicación del feminismo, optó por mostrar una mujer con restricciones para comunicarse. Renate Eisenegger utiliza su cuerpo mismo para manifestar el peso feminista. Isolamento, la secuencia fotográfica de ocho partes de Renate Eisenegger se ve la artista poniéndose algodón por encima su cabeza y sus manos y pegando con una cinta adhesiva.
Luego, la segunda parte, comisariada por Marta Segarra, el feminismo se convierte plural en reconocer la intersección de las opresiones. Una de las principales preocupaciones del movimiento feminista era la liberación sexual de la mujer. Las mujeres empezaron a mostrar el género para que la sociedad reconociera a la sexualidad femenina. En realidad, la discriminación de las mujeres todavía existe en la sociedad, por lo tanto, las artistas se rebelaron contra las mujeres a ser objetos de deseo, también contra la mirada masculina voyerista que había dominado las artes durante tantos siglos, particularmente a través de la imagen del cuerpo femenino desnudo. Imitations of Myself de Suzy Lake, pintada la cara en blanco, que explicaba la función y el significado con estas palabras: “En mimo, la cara blanca significa el momento cero, antes de surgir el personaje. Para mí, el concepto de cero en mimo era una tabula rasa, como los cambios políticos y sociales de los años 60. La cara blanca tenía la doble función de una máscara: esconderse y al mismo tiempo dejar al descubierto.”
Además, las artistas empezaron a jugar los juegos de rol, que la representación dramatizada de los diferentes roles femeninos de la época, para poder expresarse en libertad ante el encasillamiento impuesto por sociedad. Así que se visten como los hombres o cambia la vestimenta y la gestualidad. También adoptan todas las identidades que existen en la sociedad como amante, lesbiana, luchadora, diosa, etc. Por último, las artistas utilizan el estilo cómico por las imágenes exageradas a mostrar los sentimientos que no puede manifestar. Las artistas se centran en la lucha contra las desigualdades que subsisten en el espacio doméstico, mientras de los muchos posibles, luchando por ella misma, y todo ello con la finalidad de huir de todas las restricciones de la sociedad.
Bibliography: Schor, Gabriele. Segarra, Marta. (July 2019). FEMINISMS!. Barcelona. Retrieved from: https://www.cccb.org/es/exposiciones/ficha/feminismos/231713
